Redacción o copywriting, tú eliges
Ambos servicios juntan palabras una detrás de otra con un objetivo: que tu cliente se sienta atraído por lo que ofreces y surja una bonita relación de confianza entre vosotros.
Porque está muy bien que te compren, pero mejor es que tengas clientes satisfechos que te recomienden. Aquí te dejo algunas diferencias para que elijas el servicio que más te conviene:
Necesitas un redactor web si:
- Tienes un blog y has de alimentarlo con contenido. Pero del bueno. Con chispa, gracia y temas que interesen a tus clientes. No les hables de los chorizos de tu tierra si lo tuyo son los productos veggie (por muy ‘bio’ que sea el chorizo).
- ¿Quieres salir en los medios pero los periodistas no te hacen ni caso? Eso es que necesitas una buena nota de prensa con un buen gancho.
- Tienes una web de contenidos y necesitas darle vidilla con historias emocionantes. El arte del storytelling lo llevamos todos en la sangre. Así que, ¿qué mejor manera de llegar a tu audencia?
Necesitas un copywriter si:
- Quieres tener una secciones fijas en tu web que te ayuden a atraer visitas de calidad. Vamos a por tus fieles seguidores, no a por un montón de me gustas que no se convertirán en ventas.
- Mandas newsletters que apenas se abren. Ofreces servicios súper profesionales. Y aún así, casi nadie abre tus correos. ¿Y si les damos un contenido entretenido y útil que llame su atención?
- Tu e-commerce está solo y aburrido. ¿Vendes bien esos productos: sus especificaciones, en qué van a beneficiar a tu cliente, qué le harán sentir, por qué lo necesita en su vida?
Qué podemos hacer con redacción web
Qué podemos hacer con copywriting
Vamos a añadirle un poco de emoción al asunto…
Sea cual sea tu elección, te ayudaré a conseguir algo muy importante para la imagen de tu negocio: QUE CONFIEN EN TI.
- Comunicación corporativa
- Comunicación institucional
- Revisión de textos
Que tu mensaje quede claro y sea coherente con lo que eres y lo que vendes, es la mejor forma de generar un buena relación con las personas que rodean tu negocio (sí, los clientes; pero también tus proveedores, tus colaboradores, tus empleados y ese amigo quisquilloso que está siempre pinchándote para sacar lo mejor de ti).